Crimen del country: la empleada doméstica confesó el asesinato con el collar que tenía el nombre de su hijo

Rosalía Paniagua declaró que todo inició con una discusión que se le “fue de las manos” y relató la forma en que estranguló al ingeniero.

<p><strong>Rosal&iacute;a Soledad Paniagua</strong>, la empleada dom&eacute;stica acusada de matar al<strong>&nbsp;ingeniero Roberto Wolfenson en el country La Delfina de Pilar</strong>,<mark><strong>&nbsp;confes&oacute; el asesinato</strong></mark>&nbsp;ocurrido el 22 de febrero de 2024, en la segunda audiencia desde el inicio del juicio, en esta oportunidad,&nbsp;<strong>la mujer indic&oacute; que estrangul&oacute; al fallecido con un hilo que deven&iacute;a del collar que ella ten&iacute;a puesto, con el nombre de su hijo.</strong></p>
<p>Durante la junta, que&nbsp;<strong>continuar&aacute; el pr&oacute;ximo viernes&nbsp;</strong>y contar&aacute; con los alegatos de la fiscal Laura Capra, Farini Duggan, Broitman y la defensa de la acusada, la defensora oficial Mar&iacute;a Dolores G&oacute;mez avis&oacute; al presidente del Tribunal Oral en lo Criminal N&deg;4 de San Isidro, Esteban Andrejin, que admiti&oacute; que la acusada declare y as&iacute;,<strong>&nbsp;finalmente, la confesi&oacute;n qued&oacute; en palabras de Paniagua.</strong></p>
<p><strong>&ldquo;Me siento avergonzada. Voy a decir la verdad. Me voy a hacer cargo de lo que hice por mis hijos; ya no viene al caso seguir mintiendo&rdquo;,</strong>&nbsp;comenz&oacute; la se&ntilde;alada ya que el 13 de junio pasado se conoci&oacute; que hallaron ADN de la detenida debajo de las u&ntilde;as de la v&iacute;ctima.</p>
<p>Seg&uacute;n el relato de Paniagua,&nbsp;<strong>Graciela Orlandi, la entonces pareja del fallecido,</strong>&nbsp;<strong>le habr&iacute;a solicitado a la imputada que le sacara el celular al hombre</strong>&nbsp;y cit&oacute;:<strong>&nbsp;&ldquo;Quiero saber en qu&eacute; anda mi marido&rdquo;.</strong>&nbsp;Situaci&oacute;n que se sali&oacute; de control, tal como declar&oacute; la imputada en presencia de los hijos de Wolfenson, Esteban y Laura.</p>
<p><strong>&ldquo;El se&ntilde;or me descubri&oacute; agarrando el celular y empez&oacute; la pelea, la discusi&oacute;n. Me empez&oacute; a decir cosas malas: que era una desgraciada, una puta, una paraguaya ladrona y que iba a llamar a la polic&iacute;a. Me agarr&oacute; de los pelos. No quise lastimar al se&ntilde;or. Todo se me nubl&oacute; cuando me dijo &lsquo;la concha de tu madre&rsquo;</strong>,<strong>&nbsp;y se me fue de las manos&rdquo;</strong>, relat&oacute;.</p>
<p>En detalles, la apuntada explic&oacute; la forma en que inici&oacute; la disputa:&nbsp;<strong>&ldquo;Fui a la oficina y agarr&eacute; el celular. Pero no escuch&eacute; cuando el se&ntilde;or subi&oacute;. Me vio y empez&oacute; todo eso. Me cachete&oacute;, me agarr&oacute; de los pelos. Empezamos a pelear. Nos lastimamos. En alg&uacute;n momento me agarr&oacute; del cuello, yo le pegu&eacute; un cabezazo en la cara. Le ped&iacute;a que me soltara para irme&rdquo;.</strong></p>
<p>&ldquo;No s&eacute; en qu&eacute; momento termin&eacute; con todo eso.&nbsp;<strong>Estaba encima m&iacute;o, lo agarr&eacute; del cuello. Se me nubl&oacute; todo. Le gritaba &lsquo;soltame hijo de puta&rsquo;. Le apret&eacute; el cuello con las manos. Presion&eacute; con el codo. Ten&iacute;a un hilo en la mano y le pate&eacute; el cuello. No quer&iacute;a hacerle da&ntilde;o. Lo pate&eacute; en el pecho.&nbsp;</strong>Me levant&eacute;.&nbsp;<strong>No sab&iacute;a si estaba muerto. No sab&iacute;a si llamar a la polic&iacute;a</strong>&rdquo;, continu&oacute;.</p>
<p>En medio de las acciones, Paniagua indic&oacute; que&nbsp;<strong>contaba con un hilo que luego tir&oacute; a la basura,</strong>&nbsp;el mismo elemento que utiliz&oacute; para estrangular a la v&iacute;ctima y que<strong>&nbsp;pertenec&iacute;a a un collar -de la acusada- con el nombre de su hijo.</strong></p>
<p>Asimismo, se&ntilde;al&oacute; que sali&oacute; del barrio privado con el celular del fallecido, que ten&iacute;a&nbsp;<strong>&ldquo;la boca y la nar&iacute;z hinchada&rdquo;,</strong>&nbsp;pero que el personal de seguridad situado en la guardia, no se percat&oacute;: &ldquo;<strong>Ni me miraron. El hilo me lo llev&eacute; y lo tir&eacute; en la calle&rdquo;.</strong></p>
<p>Respecto al tel&eacute;fono, la se&ntilde;alada sostuvo que tir&oacute; el chip en la estaci&oacute;n Derqui del ferrocarril San Mart&iacute;n. Ah&iacute; mismo intent&oacute; vender el dispositivo y en otras ocasiones d&iacute;as despu&eacute;s, sin suerte:&nbsp;<strong>&ldquo;No lo tir&eacute; en ese momento. Dej&eacute; pasar unos d&iacute;as. Mi marido se sent&oacute; y me dijo que si no me deshac&iacute;a del aparato iba a ir a la polic&iacute;a. Me dio un martillo y lo romp&iacute;&rdquo;.</strong></p>
<p>Es que su pareja, Miguel &Aacute;ngel Villasboa, desconoc&iacute;a el crimen real, ya que seg&uacute;n el testimonio, la mujer le habr&iacute;a indicado que solamente le rob&oacute; el m&oacute;vil a su jefe, lo que provoc&oacute; un gran enojo por parte del esposo de la imputada.</p>
<p><strong>&ldquo;Mi intenci&oacute;n no fue robar ni matar al se&ntilde;or. Se me fue de las manos. El se&ntilde;or me iba a acusar de ladrona. Por mi culpa estoy separada de mis hijos. Me hago cargo, por mi culpa est&aacute;n sufriendo mis hijos.</strong>&nbsp;Reconozco mi error,&nbsp;<strong>me gustar&iacute;a pedirle perd&oacute;n a los hijos del se&ntilde;or</strong>, siento culpa, pero no fue mi intenci&oacute;n&rdquo;, concluy&oacute;.</p>








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